viernes, 5 de febrero de 2010

UN SOLO CEREBRO ES MÁS AMPLIO QUE EL CIELO

“El Dios de Spinoza no era judío ni cristiano. El Dios de Spinoza estaba en todas partes, no se le podía hablar, no respondía si se le rezaba, se encontraba absolutamente en todas las partículas del universo, sin principio ni fin. Enterrado y desenterrado; judío o no; portugués, pero no realmente; holandés, pero no del todo, Spinoza no pertenecía a ningún lugar y pertenecía a todos. ¿Cómo pudo Spinoza haber sobrevivido a esta reclusión? Sin duda, liberándose en el espacio infinito de su mente, un lugar mayor y no menos refinado que Versalles y sus jardines. Debía tener razón Emily Dickinson cuando escribió que un solo cerebro, al ser más amplio que el cielo, puede acomodar confortablemente el intelecto de un hombre y, además, el mundo entero”. CONTINUAR AKI

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