lunes, 13 de septiembre de 2010

La separación no fue real: fue un simple sueño

Todos estamos a salvo. Siempre. Porque siempre estuvimos, estamos y estaremos en la eternidad, Unidos a Dios. La separación no fue real: fue un simple sueño. Ya acabó. Y podemos despertar en cuanto lo decidamos. Empezando por perdonar los símbolos que proyectamos, conscientes de que no son algo real. Y perdonar y perdonar, soltar y soltar hasta que seamos bañados felizmente por la Luz del Amor, que ya nos envuelve desde siempre pero que no somos conscientes de Ella mientras seguimos distraídos en nuestros sueños...+http://emiliocarrillobenito.blogspot.com/2010/09/la-tristeza.html

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