No hay trato más denigrante para un pensador que compararlo con cuadrúpedos herbívoros; no obstante la religión hace que los creyentes se enorgullezcan de recibir el apelativo de ovejas, de renunciar a la razón y de someterse a un "pastor". Es aborregamiento: la completa renuncia a la inteligencia, la razón, la personalidad, la autonomía y la libre indagación. (Nota 10)»
[Extracto del artículo de Hernán Toro publicado en la RevistaPensar, volumen 2, núm. 2 (abril/Junio 2005)]
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