«Toda la concepción de Dios es una concepción que deriva de los antiguos despotismos orientales. Es una concepción completamente indigna de hombres libres. Como cuando se oye en la iglesia a la gente humillarse y decir que son unos miserables pecadores, y todo lo demás, se tiene la impresión de estar ante una vileza indigna de seres humanos que se respeten a sí mismos. Debemos ponernos de pie y mirar al mundo abiertamente a la cara. Debemos hacer del mundo lo mejor que podamos, y si no es tan bueno como queremos, será, después de todo, mejor que el que todos ésos han hecho de él en todo este tiempo. Un mundo nuevo requiere conocimiento, bondad y valentía; no necesita una pesarosa añoranza del pasado ni una sujeción de inteligencia libre con las cadenas de las palabras que hombres ignorantes pronunciaran en épocas remotas.
visto en http://serpensador.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario