lunes, 8 de marzo de 2010

Propósito de la Meditación

A medida que meditamos, el alma absorbe en su interior el poder divino que la rejuvenece y le devuelve todas sus cualidades y poderes perdidos. La mente se vuelve clara y fuerte, capaz de pensar de manera lógica y consistente, y la brecha entre nuestros pensamientos y acciones se va estrechando. El entendimiento y juicio del alma se vuelve más diáfano y preciso. El alma renuncia el hábito de actuar en contra de su discernimiento y desarrolla mayor honestidad y coherencia...

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