En esas ondas del cuidado del ambiente hay muchas buenas intenciones, pero no siempre se obtiene lo que se busca. A veces sale más caro el caldo que las albóndigas.
El sábado pasado se convocó a todo el mundo a apagar sus luces durante una hora: La hora del planeta. Esta onda inició en Australia en el 2007 y ha crecido desde entonces. El objetivo fue, y ha sido desde su inicio, crear conciencia acerca la emisión de CO2 por la generación de energía y la importancia de su ahorro.
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