El concepto que tenemos de la divinidad es el que se nos ha suministrado por sus portavoces, todos ellos varones. Las consecuencias de esa definición no son insignificantes, pues a la vista está (tanto al ahondar en el pasado como en el presente) que el carácter de esa deidad coincide con los cimientos que han dado forma a las viriles estructuras del mundo como tal. La masculinidad de Dios se percibe a través de una singular personalidad -colérica, abusiva, caprichosa, estricta, represiva, etc-, que ha sido imitada –desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad- por sus delegados terrestres...http://tavojimenezdearmas.blogspot.com/2010/03/analfabetismo-5.html
viernes, 19 de marzo de 2010
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