Tengo muchas preguntas. ¿En qué términos se concreta, ya en la otra dimensión, la que los creyentes consideran de Dios omnipresente, una plegaria? A los ojos de la neurociencia, ¿en qué consiste una plegaria y cual es su naturaleza y composición energética en el cerebro? ¿Se produce alguna actividad neuronal que trascienda más allá del sujeto que la produce? La frecuencia energética de nuestros pensamientos, ¿puede ser de interés para alguien que juega con nuestras emociones? ¿Son nuestras emociones más dramáticas el alimento de unos entes a los que no vemos? CONTINUAR AKI
miércoles, 3 de febrero de 2010
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