Un gatito observaba ensimismado a un perro dar vueltas agarrándose la cola. Lo paró en seco y le dijo:
-¿Qué haces persiguiendo tu propia cola?
El perro le contó entusiasmado que había descubierto que la cola era la felicidad, por eso corría incansablemente tras ella, aunque a veces se mareara con tan cansinas carreras haciendo círculos y viendo como siempre terminaba sin ella…
El gatito, se sentó junto a él y le dijo:
-Eso ya lo descubrí hace tiempo, que mi cola es la felicidad, pero me di cuenta que cuando la persigo se me escapa y cuando voy haciendo lo que tengo que hacer ella viene detrás de mí por dondequiera que yo vaya.
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