La estrategia fue la siguiente: lograron penetrar en los establecimientos de salud e hicieron del personal del área (médico y enfermeras) sus agentes (nada encubiertos). Comenzaron a hacerse donaciones de leche a las mujeres embarazadas y se les advertía que podían “complementar” a sus bebes con estas leches. Como la lactancia materna funciona por un mecanismo perfecto de oferta y demanda al cabo de poco tiempo esa mamá que sustituía un algunas tomas de leche materna por el tetero de fórmula, comenzaba a producir menos leche hasta que un día decía “no tengo suficiente leche para mi bebe” en ese momento al volver al centro de salud para que le regalaran su latica de leche le decían, “bueno usted sabe que ahora debe pagarla”. Y allí comienza una larga historia de enfermedades, desnutrición y hasta la muerte de millones de niños y niñas.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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