Siento un profundo respeto por las víctimas de los atentados de las Torres Gemelas y por sus familiares. Incluso se puede pensar que el anuncio es de mal gusto. Pero parece que lo que ocurre en el “primer mundo” siempre es más importante y me gustaría hacer la siguiente reflexión:
En los países desarrollados magnificamos las desgracias propias y prácticamente nos olvidamos de las ajenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario